Mezclar y masterizar música consiste en dos procesos separados pero no independientes, cuyo objetivo es conseguir una buena canción que suene limpia, fuerte y con claridad.
Para ello, en primer lugar se realiza la mezcla de las diferentes pistas de la canción, y una vez satisfechos con la mezcla trabajamos el mastering en el canal del master.
¿En qué consiste mezclar? Entramos en detalle:
La mezcla de música es un proceso en el que utilizando una serie de técnicas como ecualización, compresión, ajuste de volúmenes… etc. de las diferentes pistas que conforman la canción, conseguimos darles equilibrio para alcanzar un sonido coherente y claro.
Por tanto, para lograr una mezcla musical adecuada nos centraremos en limpiar sonidos, eliminar frecuencias innecesarias o potenciar aquellas que suenen bien.
Como productores musicales, es fundamental aprender a mezclar. Aplicar correctamente el proceso de mezcla nos permitirá tener el control técnico y creativo de nuestra canción.
¿Qué es masterizar? Lo comentamos:
En primer lugar, indicar que es en la pista de mastering donde se agrupan todas las pistas de la canción (instrumentos, percusiones, voces…) para poder procesarlas todas a la vez y de forma grupal.
Por tal motivo, la masterización es el último proceso para concluir técnicamente una canción. Su principal función es preparar nuestra canción para su reproducción en cualquier formato y cualquier tipo de dispositivo de audio.
Podríamos decir que la masterización es el “pegamento” que integrará la totalidad de los elementos de la canción para conseguir que todas las pistas de la misma suenen con cohesión.
Además y por último, el mastering permite corregir errores en la mezcla, como pueden ser excesivas resonancias o la falta de presencia de ciertos instrumentos.
En nuestro curso de mezcla y mastering en Madrid ponemos especial énfasis en afrontar la fase de masterización siempre desde una buena mezcla. El mejor master es aquel que menos procesamiento necesita.
Os facilitamos a continuación una serie de pautas y consejos organizativos para realizar vuestro mix y mastering y ser capaces de alcanzar un excelente resultado.
Nombra todas las pistas, identifícalas por colores y agrúpalas.
Para trabajar eficientemente, es muy importante saber dónde tenemos cada una de las pistas que conforman nuestra canción. Para ello, procede tenerlas nombradas y etiquetadas con colores para identificarlas rápidamente.
Además, agrupar las diferentes pistas por grupos de instrumentos (buses), como puede ser por pianos, percusiones, bajos… etc., nos permitirá trabajarlas de forma grupal y aplicar así técnicas que aporten cohesión a esos grupos.
Prepara canales de retorno en tu plantilla.
Mediante el envío de tus pistas a un mismo efecto (reverb, delay, compresión paralela,…) , conseguirás que todos tus sonidos sean procesados de la misma manera.
Por ejemplo, al poner una Hall reverb en un canal de retorno conseguiremos situar en el mismo espacio las pistas que queramos. De este modo, conseguiremos sonidos con claridad y naturalidad.
Además, evitarás que tu ordenador se sobrecargue por el exceso de plugins y añadiremos a nuestra mezcla cohesión y pegamento en nuestros instrumentos.
Usa temas de referencia
Como ya comentamos en otro post, es muy interesante usar temas de referencia a la hora de mezclar y masterizar.
Un tema de referencia profesional nos dará muchas pistas sobre cómo debemos mezclar nuestro tema. Entre otros aspectos, nos indicará a qué volumen están los instrumentos o si éstos se encuentran delante o detrás en el mix.
En la fase del mastering, estos temas de referencia nos proporcionarán valiosos indicadores como la compresión general del tema o su volumen medio (indicado en LUFS o RMS). Esta información nos hará saber si alcanzamos valores técnicos competitivos.
Empieza siempre nivelando las pistas
Antes de empezar a sobrecargar el proyecto con plugins, lo más importante es nivelar correctamente el volumen de las pistas. Se podría decir que ésta es la fase más importante de la mezcla.
Nuestra recomendación es empezar nivelando el bombo, y situar el volumen del resto de instrumentos alrededor de éste. Por ello, utilizaremos el bombo como punto de referencia.
Piensa en el headroom.
A la hora de mezclar debemos tener en cuenta el headroom para – de este modo – hacer un mastering con garantías de éxito.
El headroom es la diferencia en términos de volumen entre el pico más alto de decibelios (db) de nuestras pistas y 0 decibelios (punto de saturación). En caso de superar este punto de saturación antes de empezar el mastering, nuestra señal de salida va a producir distorsión y la pista de master no sonará bien (hará clipping).
Un objetivo razonable de headroom antes del mastering, podría ser de entre -3 y -5 decibelios (db). De esta manera dejamos espacio para poner varios plugins en el mastering que nos ayudarán a procesar los transientes, realizar suaves ecualizaciones o aplicar limitadores.
En definitiva, son muchos los detalles que hay que tener en cuenta a la hora mezclar y masterizar una canción.
En nuestro curso de mezcla y mastering en Ableton estudiaremos en profundidad el conjunto de técnicas para llevar acabo todos estos procesos de forma exitosa. Aprender a mezclar y masterizar tus propias canciones no es tan difícil como parece, siempre y cuando tengas claro todos los pasos a seguir.