Qué es un ecualizador. 3 casos de uso muy útiles

El ecualizador es una de las herramientas que más se utilizan a la hora de mezclar y masterizar un tema. Por tanto, es indispensable que un productor musical conozca la ecualización en profundidad ya que le permitirá obtener lo mejor de cada pista de sonido.

Un ecualizador es una herramienta cuyo objetivo es mejorar el sonido de una pista a través de modificaciones en las frecuencias bajas, medias y/o agudas. En las frecuencias citadas, cualquier fuente sonora produce sonido.

En función del tipo de instrumento, estas frecuencias estarán (o no) más concentradas en ciertos rangos frecuenciales.  Conviene saber que el rango auditivo del ser humano se encuentra entre los 20 hrz y los 20.000 hrz. Por debajo de estas marcas se encuentras los infrasonidos y por encima del 20k los ultrasonidos.

En nuestro curso de mezcla y mastering dedicamos varias clases a estudiar la ecualización y entender todo lo necesario para su buen uso. En este post os facilitamos una serie de consejos para que conozcáis ciertos usos de un ecualizador y en qué momentos nos puede ayudar a mejorar nuestra mezcla o mastering.

Usa el ecualizador para eliminar aquellas frecuencias que no necesites:

Probablemente, ésta es la función que más utilizarás con un ecualizador. Puesto que nuestro objetivo con la ecualización es mejorar el sonido grabado ya existente, podemos eliminar aquellas frecuencias que no aporten nada especial. Conseguiremos – de este modo-  limpieza en el sonido que será mucho más claro y se asentará mejor en el mix de tu tema.

Por ejemplo, en un piano no vamos a necesitar las frecuencias por debajo de las 100-120 hrz (debido a que el cuerpo del piano se encuentra normalmente a partir de estas cifras). Por tanto, usando un filtro de paso alto (highpass filter) podrás hacer un corte que elimine esas frecuencias que solo añadían suciedad a los graves del conjunto de nuestro tema.

Elimina resonancias con precisión:

Muchos instrumentos, percusiones y sintetizadores tienen resonancias y asperezas en ciertas frecuencias. Estas “resonancias” se escuchan como sonidos molestos al oído, y se detectan fácilmente cuando escuchamos el instrumento en cuestión a un alto volumen.

Por tanto, con un ecualizador paramétrico podremos hacer pequeñas “incisiones” en el espectro frecuencial y eliminar así esas molestas resonancias. No obstante, nuestro objetivo nunca debe ser eliminar todas las resonancias, sino atenuar solo aquellas que sean más molestas. Si nos excedemos en esta tarea, podemos perder el “carácter” del sonido.

Potencia aquellas frecuencias que suenen bien:

Si un instrumento tiene ciertas partes de su espectro frecuencial que suenan con cierto brillo, con calidez… pueden ser incrementadas para que nuestra mezcla se beneficie de ello.

No obstante, debemos ser cuidadosos con estos incrementos, puesto que realizar aumentos con curvas de mucha ganancia puede conseguir que el sonido suene poco natural. Por tanto, nuestra recomendación es ecualizar siempre con curvas muy amplias y aplicar pocos decibelios de ganancia. Con estas mejoras el instrumento sonará mucho más natural y orgánico en la mezcla de nuestro tema.

En este post hemos recogido alguno de los motivos que harán que un ecualizador se convierta en tu herramienta principal a la hora de mezclar. No obstante, existen más formas y motivos por los que aplicar un ecualizador. En nuestro curso de mezcla y mastering en Madrid trabajamos en profundidad los diferentes tipos de ecualización que conseguirán llevar tus mezclas un nivel superior.

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